Te acercas, tu mirada no puede esperar más,
Tocas sugerente mi cintura
Aseguras con tus brazos mi escultura
Prometes entrar con sabiduría
Me postras en la nube de los sueños
Acaricias con ternura mi piel, que se funde
Entre tus dedos,
Las cuatro paredes, la música perfecta,
El ritmo de la lluvia, son fieles testigos
De lo que ahí se vive con locura
Anonimo