Te condenaste a vivir orgasmos esporádicos
aquella mañana que no seguiste mis pies
preferiste un poco de amor con ruegos
exigiendo tiempo, sin libertad.
Pagaste tus pecados con un ojo amoratado
con el desprecio inevitable a tu interior
nunca es tarde para decir adiós
si para volver al paraíso de Adán
Tienes otro camino que recomponer
buscando nuevas fuentes de luz
para no enloquecer
como gatita sin azotea…
One thought on “Pecados, desprecios”