Me quedé
resistiendo la elegancia de ser testigo
de la idealizada libertad
que me da
una antiguo oficio
señále:
“infarto agudo de miocardio”
un golpe al borde del abismo
caí con el sombrero puesto
al despertar
también es cruel
no tenerla más agita sobremanera
no olvides la próxima vez
cargar con dinamita el revolver
y acabar riendo al final.