La obscuridad había caído,
me reprochabas un millón de cosas,
te pedí que vinieras a mi piedra de cama,
me levante y me aleje sin decir más.
Me recosté boca abajo
escuche tu andar,
te esperaba
y sentí que te tumbabas,
vire para ver tu cuerpo junto al mío
era la nada
con una fuerza que me congelaba,
sin aire algo me abrazaba
encendiste la luz y se esfumaba,
te tiraste en mi lecho
y te estreche sin decir nada.