Aquí estoy otra vez, observándote a lo lejos
en la misma barra, en el mismo bar.
Me conformo con saberte cantando, bailando de repente,
de esa manera tan peculiar.
Y quiero buscarte.
Y quiero doblegarme.
Y no puedo.
Yo buscaba un beso, sabiendo que el resto llega con mordidas.
Con deseos, con manos ávidas por jugar bajo la blusa.
Tu me das tan solo un gesto. Y no la orquesta que necesito hoy.
Y nos dimos besos que nos pudimos haber ahorrado,
así no tendría que recordarlos.