Un par de extraños
bailan a ritmo de arrabal
en la cantina de moda
en el centro en la ciudad
se tocan sin reparos
los sueños pueden esperar
comparten cada nota
tienen ganas de intimar
el le dijo, “salgamos del lugar”
ella contesto que “si”, que “igual, que más da”
su corazón no esta completo
su decepción la encrespó
ahora toma amargo el licor
tomaron un taxi y despues de algunos besos
con caricias de alfoz:
“vamos a primera y mazatlan,
bailamos unas rumbas,
yo pago la cuenta y la habitación”.
era la reina quien buscaba
el manjar de la traición
el tatoo en su espalda
un ángel perdido de dios
dibujando entre sabanas
los pecados de la prision:
deseo, placer, pasión
se entregaron al fuego que consume la marea
no repararón en si llovia afuera
dos locos extraños soltaban la rienda
esta extraña carretera en sal sabe mejor.