Sugiero que nos veamos en las sombras
en algún motel de paso
dejemos los corazones en casa suspirando
la moral en barquitos en Gibraltar
podrás montar como aquella vez
que no abriste por temor los ojos
cuando tus piernas como un libro
eran dos remos a placer
cuentame de tus historias
siendo el sofá un testigo mudo
de la perversa fatalidad
de experimentar con el mundo
en tu espalda puedo conocer
el dominio sádico de mis manos
con un pequeño jalón de pelo
y dedos rojos en tu piel…
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